Fue uno de los
escándalos más sonados del año 2005. El investigador surcoreano Hwang Woo-Suk y
su equipo publicaron en 2004 un artículo en la revista ‘Science’ en el que
aseguraban haber logrado por primera vez la clonación de embriones humanos.
Sin embargo, un año
después se demostró que el trabajo de Woo-Suk se basó en datos falsificados. El
científico fue condenado a dos años de cárcel por un tribunal de Seúl, ya que
se le acusó de malversación de fondos estatales y violación de leyes bioéticas.
Aquí tenéis la noticia: http://www.abc.es/ciencia/20130516/abci-engano-clonacion-humana-hwang-201305161024.html
Un fraude de esta
magnitud resulta muy dañino para la comunidad científica, porque daña la
reputación del científico y también el prestigio de la revista en la cual este
hombre publicó sus descubrimientos, la revista ‘Science’. Revista de bastante
caché y que se caracterizaba por la buena revisión de los métodos utilizados en
estas noticias.
Pero además, más allá
de la repercusión que pueda causar para el mundo de la Ciencia, es todavía peor
para aquella gente de su entorno que había creído en él, personas que en Corea
del Sur le tenían como un héroe entre ellos miembros de la Universidad dónde
trabajaba. Y por supuesto, la desilusión mundial que causó esta persona al
saber que enfermedades como el alzhéimer, el párkinson o la diabetes no iban a
poder ser curadas.